El barrio de Sol es uno de los más céntricos de la ciudad y encierra gran parte de los principales atractivos turísticos. Es un barrio pequeño, lo que permite que sea visitado con mucha comodidad y además cuenta con las estaciones de metro más importantes, que lo conectan con toda la ciudad.
Pasear por Sol es casi una obligación si visitas Madrid, ya que es imposible perderse todo el encanto de su historia y toda la vida de sus calles. Empezando por la Plaza del Sol, que da nombre al barrio, encontramos la conocida Casa de Correos, uno de los edificios más imponentes del centro, testigo de grandes acontecimientos de la historia y que alberga uno de los elementos más vistos por los españoles cada año: un reloj en lo más alto del edificio que se encarga de dar paso al nuevo año, con las campanadas de nochevieja. Un reloj que cuenta con más de 150 años y que es protagonista indiscutible cada año. Muy cerca de éste, podemos encontrar la conocida estatua del Oso y el Madroño, una de las más conocidas y símbolo de la ciudad. También muy cerca encontramos la Placa de kilómetro Cero, una placa que indica el origen de todas las carreteras radiales del país y que siempre está rodeada de turistas. Si seguimos nuestro paseo por el barrio, encontramos varias plazas llenas de movimiento y vida. Una de las más conocidas es la Plaza del Callao. Esta plaza es la confluencia de varias vías muy importantes como la Gran Vía o la Calle Preciados, entre otros. La Gran Vía de Madrid es un icono de la ciudad. Protagonista de la vida madrileña y también de muchas escenas en películas de ficción, esta calle merece una visita para respirar todo su encanto, disfrutar en sus múltiples comercios haciendo algunas compras, saborear la rica gastronomía española en alguno de sus restaurantes o relajarse en alguno de sus teatros, disfrutando de las obras más taquilleras. El barrio de Sol es la esencia de Madrid.